miércoles, 25 de marzo de 2009

Indulgencia

Me pregunto hasta qué punto debe dejar el individuo que los que están alrededor hagan esto o aquello. Hay un ámbito, indiscutible, que pertenece a cada uno de forma privadísima que es el de los pensamientos. Salvo algún que otro desubicado, cualquiera acepta que nadie tiene la capacidad moral de modelar el pensamiento de los que tiene cerca. Si acaso, dialogar y convencer. Hay otro ámbito en el que, al menos para mí, tampoco cabe discusión: cuando la libertad del fulano de turno está coartando la mía. Pongamos, por ejemplo, el ruido excesivo a altas horas de la noche o, por qué no, el (puto) humo del tabaco.
Esto me lleva a la parte fangosa.
Hablando hace unos días con un amigo, éste insistía en que no era necesario (más incluso: era inadecuado) reprender a quien fuma, a quien se droga o a quien, cursando una carrera, no estudia.
Una de las dos razones que aducía era que hay en el mundo problemas mucho más importantes como para pararnos en esas nimiedades. Por absurda, haré como que esa razón no se dio. La otra es un poco más sentimental: el fumador (o el drogado, o el vago) ya tiene bastante con su cruz como para que vayan otros a apoyarse en ella, por tanto, debemos verlo con bondad o incluso indulgencia.
Y yo me pregunto si no puede alguien reservarse el derecho de decir lo que le venga en gana (sin faltar al respeto, simplemente mostrando una realidad como es que, pongamos, el tabaco acorta la vida), y si el fumador no debe exponerse, en cierta medida, a las observaciones jocosas, incisivas o críticas de quien se está tragando su humo. Más aun cuando el fumador y el drogad(ict)o sabe previamente los riesgos que eso conlleva (a lo mejor a alguien esto le parece baladí, pero es bien distinto ser drogadicto en un barrio bien o en un barrio mal), y el vago está derrochando una preciosa cantidad de dinero que en otras manos sería aprovechada muchísimo mejor.
A lo mejor es que soy un cabrón sin sentimientos, también podría ser. Bah, quién se cree eso.

Si recordarse el título de la canción, pondría aquella de Krahe en la que se queja de vicio.

Saludos

martes, 10 de marzo de 2009

¿Habértelo pensado antes?



Sí, habértelo pensado antes. Me pregunto dónde estarán ahora las orejas del toro.

domingo, 8 de marzo de 2009

Grupos olvidados (II)



CHEAP TRICK





A lo mejor es un poco injusto meterlos en el saco de los olvidados, porque no están precisamente olvidados, salvo en parte de Europa, y por supuesto en España, que son prácticamente desconocidos (desde los Guitar Hero, un poco menos). Son una banda norteamericana de rock and roll de toda la vida, con tintes muy beatlesescos, muy gamberretes y guasones, y siempre sin perder calidad. Llevan treinta años de carrera y siguen sacando discazos...banda injustamente tratada, eso por lo menos.
Os dejo aquí un par de goears para que sepáis de qué van. Probablemente conozcáis las canciones.





Disfrutadlo.

viernes, 6 de marzo de 2009

Bolleras

Hoy, de camino a la facultad, he visto un papel pegado a una farola que decía algo así: Taller de percusión. El subtítulo cerraba el cerco: Sólo lesbianas/bisexuales.
Lo primero que se me ha ocurrido pensar es que lo que buscan es un poco de sexo y que lo de la percusión es la tapadera. Pero después me he dicho, "joder, y es que aunque fuese así...¿a qué coño viene ese aguetamiento?"
Toda la vida pidiendo igualdad, no discriminación, bla, bla, blablablá, y después se ocupan fabulosamente de poder ser señalados por los demás. Hoy día, siendo que tanto preocupa al populacho el aspecto de uno y del de al lado (mal cuya erradicación solucionaría muchos problemas de auto estima, por cierto), resulta difícil de creer que todos esos rasgos que diferencian a los unos con los otros sea tan sólo casual. Si todos los gays y lesbianas fuesen como algunos gays y lesbianas que conozco (felicidades, por cierto), no habría ningún problema. Cuando viene el resto, reivindicando la homosexualidad como un rasgo más de su personalidad, entonces ya algo empieza a fallar.

Una para celebrar que viene a Donosti. Demasiado, demasiado.

miércoles, 4 de marzo de 2009

En contra de la Globalización

Yo mismo he defendido a veces ciertos aspectos de la Globalización, nunca he terminado de verla con malos ojos. También soy de los que hubiesen votado sí al referéndum sobre el Tratado de la Lisboa de haber tenido edad para ello...pero hoy en día, no. Existe una consecuencia demasiado importante como para poder postularme a favor del completo. Las políticas económicas, medioambientales o sociales pueden cambiar o variar según el momento (el lugar no, para eso sería globalizado), pero no se alteraría el hecho de que los núcleos de poder estarían, cada vez, más lejos de la población. "Ah, la paradoja del occidental que se cree libre", diría ella. Los hechos, empero, son bastante innegables y, por ahora, reversibles. Cuanto más se amplíen las instituciones internacionales más sufrirán los poderes locales, provinciales o estatales. De repente, podemos encontrarnos con 65 horas laborales semanales por la decisión de veinticinco tipos con corbata.

Bajo el recurrente argumento de la inviabilidad de una democracia representativa (como en la antigua Grecia) se tiene a gobiernos cada vez más simplificados que, por tanto, simplifican a su vez a los que, de alguna manera, los eligieron. Y, sin embargo, no sería tan difícil hacer de nuestro sistema algo un poco más representativo.

Ah, que no interesa. Bueno, entonces da igual.


martes, 3 de marzo de 2009

Ah, es que son políticos

No son, en absoluto, novedosas de las presentes elecciones ciertas tendencias de los políticos a ser una mierda sin palabra ni principios ni verdadera vocación. Pero a mí me ha servido para volver a desengañarme un poquito más (si bien no demasiado, ya que ninguno de éstos tiene mi voto). Me refiero, concretamente, a dos:
Francisco López (como leía por ahí) ha reiterado durante la compaña, por su boca y la de sus ayudantes (como Fernando Madina) que no pactará con los agresores estatales fascistas (el PP, quiero decir), pero ahora, todos lo sabemos, hará lo que haga falta para ser lehendakari. Pactaría con el Diablo, de no ser porque no se presenta en partido político. Veremos qué pasa. Lo que está claro es que ya está diciendo Diego.
La otra se ha dado tanto en Euskadi como en Galicia, se dio en las pasadas elecciones, y se dará en las siguientes. Los políticos han venido a jugar. Ya sabemos que sus promesas no valen nada, que en cuanto tengan el bastón harán lo que les dé la gana, pero coño, pierden toda su credibilidad cuando, una vez han fracasado, los líderes se marchan, recogen los trastos y se van de la escena política, aduciendo, dependiendo de la jeta del tío, que ahora sólo estorban al partido, que asumen la responsabilidad de la derrota...
Cuidao, que no estoy diciendo que el líder deba quedarse para siempre, pero joder, que no sean tan descaraos. Tourinho y Ziarreta esta vez, en las anteriores elecciones Llamazares (y sin embargo éste aguantó palos durante mucho tiempo), y poco le faltó a Rajoy, que será el siguiente en caer (supongo que en 2012). En algunos casos se puede comprender más que en otros. Sería lógico que este último empiece a escaparse, porque ha perdido ya dos elecciones. Sabemos de sobra que no gusta. Pero otros...¿Miguel Sebastián? Pero por dios, ¿qué es eso de poner a un puto desconocido, dejarlo fracasar y que después abandone (o le hagan abandonar), como si la suerte que ha venido a probar no hubiese estado de su lado?
Sólo un cínico (y un poco gilipollas y ciego) podría decirme que no hay que ser tan duros con los políticos, o que hay que entender sus decisiones: son personas que se dedican a servir a la sociedad, que reciben muchísimo dinero por unas funciones que, efectivamente, lo valen. Por tanto, el esfuerzo debe ser acorde a ello.

Sí, todo esto en teoría, se me ha olvidado decirlo.