viernes, 24 de julio de 2009

Represión


Es una forma muy sutil de represión, pero lo es, de todas formas.
Hace poco alguien -borracha- decía que en Madrid la gente es más cerrada que en el País Vasco. Y no era vasca quien lo decía, sino sudamericana. Quien haya vivido un poco en la primera y en alguna de las otras (¿tres?¿cuatro?¿siete?) sabe cómo son de verdad las cosas.
Y parte de esa verdad es que en Madrid puedo decir lo que quiera y como quiera, pero aquí...aquí no. Y no me refiero a contenidos escandalosos, me refiero a cosas más o menos de cajón. Derrepente, charlando, te das cuenta de que no todo lo que quisieras decir puede ser expresado en alto, que no todas las ideas comúnmente aceptadas serán aquí bienvenidas y, al final, debes optar por uno de tres caminos:
El primero, el de absoluta justicia consigo mismo, el de decir todo lo que uno piensa puesto que las ideas no deben (no deberían) inmiscuirse en los sentimientos de los contertulios ni deben (ni deberían) tener consecuencias más allá de la información. Saramago decía que no hay que tener miedo a perder a una persona por el simple hecho de dar tu opinión...en realidad tiene razón.
El segundo, el más tibio y, por tanto, a la vez el más falso, el de maquillar todo cuanto uno dice para que ni moros ni cristianos puedan oponer nada a eso que se ha dicho. Algo así como permanecer entre dos aguas sin decantarse por nada para así no ofender a nadie. Partidos políticos así los hay a montones.
El tercero, el que creo que voy a tomar yo, es el del silencio. La cautela y la paciencia. No sé quién dijo que cuando los tontos hablan los sabios callan. Es difícil estarse callado ante ciertas cosas que uno oye, pero es posible hacerlo, y creo que vendrá a ser la opción más saludable. No mojarse, pero que tampoco te mojen.

miércoles, 22 de julio de 2009

Representación y educación

Aunque en España es algo extraño (algo extranjero), en otras partes del mundo se sabe bien que hay muchas maneras de hacer llegar la voz del pueblo hasta las esferas burocráticas gobernantes. Tampoco hay que ir excesivamente lejos: en los países nórdicos se hacen diferentes reuniones de ciudadanos con el fin de informar, debatir o llegar a acuerdos; en el Reino Unido las quejas, sugerencias y reclamaciones de los ciudadanos no caen en saco roto, sino que sirven de forma directa para futuras políticas; en algunas zonas de Brasil, los vecinos pueden acceder a la realización de los presupuestos anuales, si bien de forma no tan vinculante.
En España, entretanto, están prohibidos los referéndum no ratificados por el Congreso. Bizarro, ¿verdad?

Por otro lado, no hay demasiadas voces en la sociedad que se atrevan a alabar la LOGSE, más bien al contrario, los críticos son mayoría. Y las estadísticas y estudios dejan entrever, una vez más, que España está en cabeza en la carrera por el gilipollismo mayor.

Así que me pregunto, dados estos datos, y que la participación política en España es escasa (en la media, más o menos, lo cual no es decir mucho), y que los políticos son paupérrimamente valorados, y que la desafección social respecto a la política es cada vez menor, y que, a pesar de los sistemas de representación alternativa, ningún político mueve ficha (salvo el finado Llamazares) por cambiar la situación...me pregunto, entonces, ¿no será que la clase política está cómoda sabiendo que la mayoritaria y mediocre clase media es un desastre? ¿No será que están contentos creando año tras año nuevas remesas de estúpidos?

domingo, 19 de julio de 2009

Always with me, always with you

Otra obra maestra de otro maestro de la guitarra

lunes, 13 de julio de 2009

Palabras compuestas

Me gustan las palabras hechas de otras dos. Esas que describen su contenido en la propia palabra. La mayoría son de jerga popular, y vaya, a pesar de ello me gustan.
Picapleitos
Matasanos
Abrazaalmohadas
Soplanucas
Pagafantas

Y de ese estilo...

domingo, 12 de julio de 2009

Desvirtuar la palabra

Sé que no es algo que a demasiada gente preocupe, pero no está de más recordarlo de vez en cuando.
Cada vez es mayor el número de palabras que se quedan huecas por usarlas sin ton ni son, por no saber qué significan realmente y, por supuesto, por influencia de los periodistas estúpidos (que no "estúpidos periodistas") y de los políticos.
Tenemos un buen puñado entre las palabras gordas, como Democracia, Libertad, Fascismo, y todas esas que sirven tanto para unos propósitos como para los totalmente opuestos.
Pero no son sólo ésos: he escuchado cosas como "está más claro que la una" o "es más listo que el latín", y ya no hablemos de muletillas como "literalmente" u otras con la misma terminación.
España se va a llenar de Nadies, de gente que habla alto y no dice nada.

miércoles, 8 de julio de 2009

Ser gay

He pensado antes que me encantaría que el pequeño hijo de unos conocidos fuese gay. De hecho, ya apunta maneras. Parece tontería, pero esas cosas se intuyen a menudo. Y claro, no es que sea un tipo sádico, es que me parece que ser gay es una cosa tan fantástica como no serlo, pero sé que su familia, pepera redomada, se llevaría las manos a la cabeza, lo ocultarían más allá del círculo cercano, seguirían queriéndolo pero con desagradables silencios en las comilonas peperas. Estaría enfermo, pero lo seguirían queriendo, no lo entenderían, con lo bien educado que estaba y ni un pelín de interés por las motos y el fútbol.
Definitivamente, me encantaría. Nunca es tarde para despertar mentes.