jueves, 2 de septiembre de 2010

Están ahí

Nadie, por mucho cinismo que gaste, puede negar la empinada cuesta de moralidad por la que baja el Ser Humano, sin frenos. Que haya egoísmo e individualismo (capitalismo) agresivo se toma como condición humana que, de tan natural, no debemos siquiera evitarla. La posición esa a cuatro patas en la que se haya buen porcentaje de la población trabajadora, con los pantalones bajados esperando a que el patrón les dé por el culo, se antoja tan difícil de afrontar (individualmente pensado, como es natural) que es mejor pensar en seguir tragando, no vaya a ser que una queja termine con el puesto de trabajo. Y la tele basura. Millones de personas viendo mierda por la tele: a mi padre he tenido que ponerle una peli para que no se quedase apalancado tirando el rato.

El reconocimiento de estos males trae de la mano su propia disculpa, y su salvoconducto para seguir cada uno en su pozo. Y me dicen: ya, pero es que no hay nada que hacer. Y yo digo: pues entonces sería mejor acabar con el mundo.

Pero entonces veo que, al menos, no soy el único que siente así. El mundo está lleno de optimistas bien informados. Están ahí (hasta Saramago, sí). Lo que cada uno pueda hacer algo será frente a tanta decadencia.


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