viernes, 29 de enero de 2010
Otra de peperos
lunes, 25 de enero de 2010
Revisionismo
domingo, 24 de enero de 2010
Cadena Perpetua
miércoles, 20 de enero de 2010
Evolución
almóndiga.
1. f. albóndiga.
¿Adoptarán nuevas conjugaciones en la RAE, como "hayga"? ¿Será la vida, como decía Baroja, ¿Ansí, o Asín, que es más común?
lunes, 11 de enero de 2010
Un texto sobre la Guerra Civil
En ese punto, Millán empezó a gritar: "¿Puedo hablar? ¿Puedo hablar?". Su escolta presentó armas y alguien del público gritó:¡Viva la muerte!". En lo que, según Ridruejo, fue un exhibicionismo fríamente calculado, Millán habló: "¡Cataluña y el País Vasco, el País Vasco y Cataluña, son dos cánceres en el cuerpo de la nación! ¡El fascismo, remedio de España, viene a exterminarlos, cortando en la carne viva y sana como un frío bisturí!". Se excitó sobremanera hasta tal punto que no pudo seguir hablando. Resollando, se cuadró mientras se oían gritos de "¡viva España!". Se produjo un silencio mortal y unas miradas angustiadas se volvieron hacia Unamuno.
"Acabo de oír el grito necrófilo e insensato de ’¡viva la muerte!’. Esto me suena lo mismo que, ¡muera la vida!’. Y yo, que he pasado toda la vida creando paradojas que provocaron el enojo de quienes no las comprendieron, he de deciros, con autoridad en la materia, que esta ridícula paradoja me parece repelente. Puesto que fue proclamada en homenaje al último orador, entiendo que fue dirigida a él, si bien de una forma excesiva y tortuosa, como testimonio de que él mismo es un símbolo de la,muerte. ¡Y otra cosa! El general Millán Astray es un inválido. No es preciso decirlo en un tono más bajo. Es un inválido de guerra. También lo fue Cervantes. Pero los extremos no sirven como norma. Desgraciadamente, hay hoy en día demasiados inválidos. Y pronto habrá más si Dios no nos ayuda. Me duele pensar que el general Míllán Astray pueda dictar las normas de psicología de las masas. Un inválido que carezca de la grandeza espiritual de Cervantes, que era un hombre, no un superhombre, viril y completo a pesar de sus mutilaciones, un inválido, como dije, que carezca de esa superioridad de espíritu suele sentirse aliviado viendo cómo aumenta el número de mutilados alrededor de él. (... ) El general Millán Astray quisiera crear una España nueva, creación negativa sin duda, según su propia imagen. Y por ello desearía una España mutilada...
Furioso, Millán gritó: "¡Muera la inteligencia!". En un intento de calmar los ánimos, el poeta José María Pemán exclamó: "¡No! ¡Viva la inteligencia! ¡Mueran los malos intelectuales!". Unamuno no se amilanó y concluyó: "¡Éste es el templo de la inteligencia! ¡Y yo soy su supremo sacerdote! Vosotros estáis profanando su sagrado recinto. Yo siempre he sido, diga lo que diga el proverbio, un profeta en mi propio país. Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta; pero no convenceréis, porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil pediros que penséis en España". Millán se controló lo suficiente como para, señalando a la esposa de Franco, ordenarle: "¡Coja el brazo de la señora!", cosa que Unamuno hizo, evitando así que el incidente acabara en tragedia.
Esa misma tarde, los guardias cívicos de Salamanca dieron una cena en honor de José María Pemán, presidida por el alcalde. Al regresar al Gran Hotel, Millán se presentó en el vestíbulo y, ante un público perplejo, lo abrazó y le ofreció su propia "medalla de sufrimientos por la patria". No ha quedado claro si lo que Millán pretendía era neutralizar los posibles efectos negativos de su ataque a la inteligencia o congraciarse con el escritor. En opinión de Franco, Millán se había comportado como era debido en la confrontación con Unamuno.
lunes, 4 de enero de 2010
Conversación en la Casa Blanca
-Tenemos que hacer algo, chicos, tenemos la política exterior demasiado parada, se nos agotan los recursos. Esos amarillos ya nos están pasando de largo. ¿No tenéis ni una fucking idea?
-Bueno, señor presidente, recuerde que nuestra imagen hacia el exterior no es todo lo adecuada que pudiéramos desear.
-Me da igual, joder, soy el primer presidente negro de la Historia de los USA, la gente confía en mí, soy el puto mesías.
-Tengo una idea -dice otro-, ¿por qué no hacemos estallar una bomba en un avión? Eso podría ayudarnos a ejercer como víctimas nuevamente...
-Qué pasa, ¿estás loco? No queremos otro 11S, no queremos que la bolsa vuelva a desplomarse, suficientes problemas tenemos con la crisis y el jodido sistema sanitario.
-Verá, parece que Yemen no está por la labor de colaborar con la Nación, señor, he pensado que...
-Ya voy captando, ya. Pero, anyway, nada de volar aviones. En todo caso, yo qué sé, un tren sin viajeros, o algo así. Ya está, un atentado fallido. ¿Qué tal eso?
-No lo hemos probado, señor presidente, puede que funcione.
-Pues venga, que para eso pago. Id preparando el tema, que yo me voy de vacaciones a Hawai, pero ya me vais informando y cuando sea necesario yo monto allí una rueda de prensa.
-De acuerdo, señor presidente, nos ponemos a ello.