viernes, 29 de enero de 2010

Otra de peperos

Estaba en la biblioteca y enfrente de mí se sienta un tipo de unos veintidós: bien vestido, camisa azul a rayas, (bien) peinado, patillas...
Va a sacarse el móvil y yo inmediatamente pienso que será un iPhone, pero no, es uno que tiene la pinta de ser mejor. Y me digo, "bueno, tranqui, que no todo son prejuicios en esta vida". Entonces me sigo fijando en él, porque me cuesta estudiar sin perder la concentración, y me fijo en las pulseras que lleva en la muñeca, de esas de goma de colorines que ya pasaron de moda. Veo algo de "tólico"...em...sí, pone "100% CATÓLICO". Y no sé qué pensar. Tiene otra pulserita, qué dirá, qué dirá. Esto decía: "100%PROVIDA". Así que mis tripas no pueden evitar sufrir como cien o doscientas patadas en un instante. Y es que me da un asco terrible el uniforme pepero (y buena parte de los peperos, pero no todos), me da asco que se hayan apropiado de las camisas, de las patillas (salvo cuando están conjugadas con el pelo largo, porque entonces hablamos de otros extremos), de los mocasines...bueno, no, los mocasines siempre han sido de ellos. ¿Son muy graves mis prejuicios, soy un pequeño nazi o simplemente odio las formas?

lunes, 25 de enero de 2010

Revisionismo

Una conocida, y seguro que otras muchas personas, tendrían a bien llamarlo "educación". Mi padre ha venido quejándose desde hace ya unos años de cómo la educación en el País Vasco es deficiente en materias como Historia, que obvia absolutamente partes indispensables de la memoria histórica (por llamarlo de alguna forma) del territorio en que vivimos. No sé hasta qué punto los estudiantes del resto de España conocen a los reyes, no ya los visigodos, sino los más nuevos, esa sucesión de felipes, alfonsos, carloses. Lo cierto es que para nosotros eso queda bastante peregrino, y lo que conocemos, lo tenemos suficientemente desmitificado como para que no suscite simpatía o, más aun, cariño: según nuestro profesor de historia del arte, la reconquista no fue tal, fue una simple ocupación de territorios que los cristianos fueron ocupando progresivamente cuando los musulmanes decidieron ir alejándose, pues los cristianos eran pocos y cobardes (lo de cobardes no hace falta que lo jure ningún nacionalista vasco).
Con esto quiero decir...bueno, no sé exactamente lo que quiero decir, más que nada, leo mis apuntes con cierto recelo y ya no sé qué es cierto y qué no, qué es información simple y qué es educación. No sé si tal rey era Sabio de verdad, o aquel otro Bravo...supongo que al que llamaban "El Impotente" tendría algún que otro problema funcional.
Los hay que todavía defienden estas prácticas deshonrosas para cualquier historiador bajo el pretexto de que es necesario para la identidad nacional, o algo así.

domingo, 24 de enero de 2010

Cadena Perpetua

Arenas quiere parlamentar acerca de la cadena perpetua una vez más, con razón del primer aniversario de la muerte, o desaparición, o circo periodístico de Marta del Castillo. Por supuesto que la medida no prosperará, no somos bárbaros, ni peperos, al menos el 50% de la población...y en este caso, como ya dije hace cosa de un año, no tendría sentido alguno el aplicar la cárcel para toda la vida a unos canís a los que se les escapó un cenicero de más. ¿Cárcel? Hombre, pues sí, unos añitos, diez o quince, por ejemplo. ¿Cadena Perpetua? Para qué.
Sin embargo, leo ahora en El País que El Rafita, ése que circuló en foto por las bandejas de entrada de media España por haber violado y matado (entre otras cosas) a Sandra Palo y que salía de la cárcel sin atisbo de reinserción, ha sido detenido en Madrid mientras robaba un coche. Y con éste, ¿qué hacemos?
En California, quien delinque tres veces consecutivas y ha sido otras tantas encarcelado, pasará toda su vida en la cárcel. Me queda la duda, y no pienso mirarlo, de si se trata de tres delitos de la misma naturaleza o de cualquier tipo (pongamos por caso, matar, robar un coche y atracar una licorería). Y eso...¿es de peperos?
Pues tengo mis dudas. La lógica nos dice que una vez puede cometerse "sin querer" un delito doloso (valga, pongamos, la contradicción), pero tres veces no es fruto de la casualidad. Hablamos de un mal bicho.
El Rafita es un mal bicho. Y los malos bichos, ¿es que no tienen derecho a la reinserción? Em...sí, y no.

miércoles, 20 de enero de 2010

Evolución

almóndiga.

1. f. albóndiga.



¿Adoptarán nuevas conjugaciones en la RAE, como "hayga"? ¿Será la vida, como decía Baroja, ¿Ansí, o Asín, que es más común?

lunes, 11 de enero de 2010

Un texto sobre la Guerra Civil

No soy muy de hablar de esos temas, pero este texto, o este episodio, que aparece en el libro que (de forma resumida) acompaña al último disco de Barricada, me gustó especialmente, y no pude evitar que mis pelos se pusieran de punta:
Poco después de empezar a encargarse de popularizar la imagen de Franco, Millán participó en un incidente que, a ojos del mundo extranjero, caracterizaría al régimen franquista. Tuvo un encontronazo con el rector de la Universidad de Salamanca, el filósofo y novelista Miguel de Unamuno, de 72 años. El 12 de octubre de 1936, en el paraninfo de la universidad se celebraba el Día de la Raza, aniversario del "descubrimiento" de América por Colón.
Millán había llegado escoltado por sus legionarios armados con metralletas. Varios oradores soltaron los consabidos tópicos acerca de la "anti-España". Un indignado Unamuno, que había estado tomando apuntes sin intención de hablar, se puso de pie y pronunció un apasionado discurso. "Se ha hablado aquí de guerra internacional en defensa de la civilización cristiana; yo mismo lo hice otras veces. Pero no, la nuestra es sólo una guerra incivil. (... ) Vencer no es convencer, y hay que convencer, sobre todo, y no puede convencer el odio que no deja lugar para la compasión. Se ha hablado también de catalanes y vascos, llamándolos anti-España; pues bien, con la misma razón pueden ellos decir otro tanto. Y aquí está el señor obispo, catalán, para enseñaros la doctrina cristiana que no queréis conocer, y yo, que soy vasco, llevo toda mi vida enseñándoos la lengua española, que no sabéis...".

En ese punto, Millán empezó a gritar: "¿Puedo hablar? ¿Puedo hablar?". Su escolta presentó armas y alguien del público gritó:¡Viva la muerte!". En lo que, según Ridruejo, fue un exhibicionismo fríamente calculado, Millán habló: "¡Cataluña y el País Vasco, el País Vasco y Cataluña, son dos cánceres en el cuerpo de la nación! ¡El fascismo, remedio de España, viene a exterminarlos, cortando en la carne viva y sana como un frío bisturí!". Se excitó sobremanera hasta tal punto que no pudo seguir hablando. Resollando, se cuadró mientras se oían gritos de "¡viva España!". Se produjo un silencio mortal y unas miradas angustiadas se volvieron hacia Unamuno.

"Acabo de oír el grito necrófilo e insensato de ’¡viva la muerte!’. Esto me suena lo mismo que, ¡muera la vida!’. Y yo, que he pasado toda la vida creando paradojas que provocaron el enojo de quienes no las comprendieron, he de deciros, con autoridad en la materia, que esta ridícula paradoja me parece repelente. Puesto que fue proclamada en homenaje al último orador, entiendo que fue dirigida a él, si bien de una forma excesiva y tortuosa, como testimonio de que él mismo es un símbolo de la,muerte. ¡Y otra cosa! El general Millán Astray es un inválido. No es preciso decirlo en un tono más bajo. Es un inválido de guerra. También lo fue Cervantes. Pero los extremos no sirven como norma. Desgraciadamente, hay hoy en día demasiados inválidos. Y pronto habrá más si Dios no nos ayuda. Me duele pensar que el general Míllán Astray pueda dictar las normas de psicología de las masas. Un inválido que carezca de la grandeza espiritual de Cervantes, que era un hombre, no un superhombre, viril y completo a pesar de sus mutilaciones, un inválido, como dije, que carezca de esa superioridad de espíritu suele sentirse aliviado viendo cómo aumenta el número de mutilados alrededor de él. (... ) El general Millán Astray quisiera crear una España nueva, creación negativa sin duda, según su propia imagen. Y por ello desearía una España mutilada...

Furioso, Millán gritó: "¡Muera la inteligencia!". En un intento de calmar los ánimos, el poeta José María Pemán exclamó: "¡No! ¡Viva la inteligencia! ¡Mueran los malos intelectuales!". Unamuno no se amilanó y concluyó: "¡Éste es el templo de la inteligencia! ¡Y yo soy su supremo sacerdote! Vosotros estáis profanando su sagrado recinto. Yo siempre he sido, diga lo que diga el proverbio, un profeta en mi propio país. Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta; pero no convenceréis, porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil pediros que penséis en España". Millán se controló lo suficiente como para, señalando a la esposa de Franco, ordenarle: "¡Coja el brazo de la señora!", cosa que Unamuno hizo, evitando así que el incidente acabara en tragedia.

Esa misma tarde, los guardias cívicos de Salamanca dieron una cena en honor de José María Pemán, presidida por el alcalde. Al regresar al Gran Hotel, Millán se presentó en el vestíbulo y, ante un público perplejo, lo abrazó y le ofreció su propia "medalla de sufrimientos por la patria". No ha quedado claro si lo que Millán pretendía era neutralizar los posibles efectos negativos de su ataque a la inteligencia o congraciarse con el escritor. En opinión de Franco, Millán se había comportado como era debido en la confrontación con Unamuno.

lunes, 4 de enero de 2010

Conversación en la Casa Blanca

Puedo imaginar que al conversación que tendría Obama, a los pocos meses de ser elegido, con su gabinete más íntimo, tendría el siguiente hilo:
-Tenemos que hacer algo, chicos, tenemos la política exterior demasiado parada, se nos agotan los recursos. Esos amarillos ya nos están pasando de largo. ¿No tenéis ni una fucking idea?
-Bueno, señor presidente, recuerde que nuestra imagen hacia el exterior no es todo lo adecuada que pudiéramos desear.
-Me da igual, joder, soy el primer presidente negro de la Historia de los USA, la gente confía en mí, soy el puto mesías.
-Tengo una idea -dice otro-, ¿por qué no hacemos estallar una bomba en un avión? Eso podría ayudarnos a ejercer como víctimas nuevamente...
-Qué pasa, ¿estás loco? No queremos otro 11S, no queremos que la bolsa vuelva a desplomarse, suficientes problemas tenemos con la crisis y el jodido sistema sanitario.
-Verá, parece que Yemen no está por la labor de colaborar con la Nación, señor, he pensado que...
-Ya voy captando, ya. Pero, anyway, nada de volar aviones. En todo caso, yo qué sé, un tren sin viajeros, o algo así. Ya está, un atentado fallido. ¿Qué tal eso?
-No lo hemos probado, señor presidente, puede que funcione.
-Pues venga, que para eso pago. Id preparando el tema, que yo me voy de vacaciones a Hawai, pero ya me vais informando y cuando sea necesario yo monto allí una rueda de prensa.
-De acuerdo, señor presidente, nos ponemos a ello.
Yo qué sé, a lo mejor el terrorista existe de verdad y no es una excusa para poner nuevas medidas de seguridad en los aeropuertos (y como decía hoy en los telebares de después de comer, ¿por qué no en las paradas de bus y tren?). Lo único que sé es que Obama ha dicho Diego, y si fuese yemení ya habría manchado los pantalones y las alpargatas.