viernes, 28 de mayo de 2010

No aprendemos

La foto es, creo, de 1937. La ironía que cae sobre las caras desencajadas de los negros en la cola del paro no es muy diferente de la que hoy se desparrama sobre la población occidental. Ahora somos todos negros. Menos los que llevan corbata.
Estoy rodeado de peperos y no hacen más criticar a ZP y su impopular gestión (eso los que se enteran, que no os creáis que son tantos: la plebe con el voto predeterminado y sin capacidad crítica es mayoría), cuando votan a la mejor amiga de lo privado, Esperanza Aguirre. Y eso los peperos, pero es que los sociatas no son mucho mejor: protestan pero también tiene el voto predeterminado, protestan pero sólo en el bar, no se echan a la calle. ¿Y cuando lleguen las elecciones? Pues a votar lo mismo, porque lo que viene no sólo no va a ser mejor, sino mucho peor. O sea, el voto útil, que es útil, pero no en lo que el elector pretende, sino en perpetuar en el poder a gente que no tiene intención de cambiar las cosas ni de dejarlas como están, sino todo lo contrario.
La clasificación comúnmente aceptada de los partidos políticos según su forma a lo largo del tiempo nos lleva de los partidos de notables (sufragio censatario y esas cosas del bachillerato) hasta los partidos de masas...y hoy día se llaman "Partidos Cártel": se reparten el poder entre unos y otros, alternando en el gobierno y viviendo de la financiación pública. Así son. Y así seguirán siéndolo, si queremos.
El día 8 es la huelga de funcionarios. Leí la cifra total de empleados públicos hace unos días, y aunque no me acuerdo, sé que eran algunos millones. ¿Irán esos millones a la huelga? ¿Irán esos millares? ¿Esos centenares, quizá?

Aquí no vendrá Martin Luther King a cambiar nada, y menos mientras los sueños de la gente corriente estén en el segundo coche o en ganar la liga.
Decir que tenemos lo que nos merecemos es un lugar común, pero de entre los lugares comunes, es uno de los más ciertos.

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