miércoles, 9 de junio de 2010

Los medios de comunicación

No voy a extenderme y no voy a dedicarle más que la memoria a este ejercicio crítico. Ayer El País tildó de fracaso la huelga de funcionarios, y para Público el Gobierno trató de minimizar los datos. Los sindicatos calcularon un 75% de movilización y el Gobierno y sus medios, un 11% (y, por supuesto, no sé quién dice la verdad o quién pretende acercarse verdaderamente a ella). Para Rubalcaba (como cuenta Rafa Reig en su blog) los ETArras no hacen otra cosa que no sea delinquir, no descansan ni para comer, y para el GARA son "ciudadanos", "personas", o simplemente "imputados".
Me ha tocado ver una noticia en los periódicos y haberla vivido en directo, así que ya sé que de lo que se cuenta hay que creer la mitad. A falta de saber qué mitad creer, y como la otra mitad te la cuenta el periódico opuesto y opositor, definitivamente creo que la disidencia es el camino a seguir. La impunidad y el descaro con que los medios mienten, dicen medias verdades o simplemente escogen información es tan sonrojante que a uno no le queda más remedio que mirar a otro lado. No sé, mirar anuncios, leer la mierda del "¿Qué?".
A cualquier persona medianamente sana le dan ganas de matar al tomarse en serio tanta, tanta desfachatez.
Llegados a este punto ni siquiera importa que escriban como recién salidos de la ESO.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

El Qué no!!! que es de Vocento... xd

:)muakkkk

lamotta dijo...

Vaya, no pensaba que lo fuera, pensaba que los diarios guarros/malos iban por libre, aunque desde luego que el amarillismo pepero del Qué sólo puede venir de las mismas sucias manos del fascismo contemporáneo...
Ésa no me la sabía.
Muaaaaaaaak guapa!!:)

Harri dijo...

yo estuve una vez en la redacción del Qué en Gipuzkoa. Era una sala adjunta a la redacción principal del Diario Vasco, sus documentos de base eran 'El qué me dices' y revistas de ese tipo. y no es broma. Aunque he de reconocer que el 'Qué!' era buen entretenimiento.

en cuanto a la prensa en general tienes que pensar que el redactor/locutor va a ir a donde más le duele al protagonista de la información.