lunes, 12 de julio de 2010

Sobre la victoria de la Selección del Estado Español

Si dejamos de lado la asquerosamente asfixiante cobertura que se le está dando a un puto deporte, la sorprendente ilusión de demasiados millones de personas ante una victoria que sienten como suya y que no hace sino servirles de vehículo para olvidarse de su mierdavida, el ridículo patriotismo, los comentaristas de Tele5, que merece cada uno, como poco, una condena de 4 años con la obligación de estudiar de nuevo (cuando no por primera vez) la carrera que da nombre a su gremio...en fin, si dejamos todas esas cosas de lado, me alegra que haya habido algunos (pocos) valientes que han hecho en Donostia lo que se ha hecho en la mayoría del Estado Español, es decir, tocar los cojones a los vecinos que no consumen fútbol (si es que alguno quedaba) mediante fuegos artificiales, petardos o vocinazos.
Yo también odio todo eso, también me dan asco las banderitas de España, pero no puedo sino alegrarme de que algunos puedan libremente expresar sus ideas. En Zarautz, por lo visto, ya ha habido broncas, y supongo que ninguno de los que haya echado un petardo a la salud de la selección quedará libre de miradas despreciadoras (y despreciables, ah).
Este territorio será perfecto cuando, independientemente de las opciones políticas, independientemente de los radicalismos o del descontento social (que pienso que es muy sano), estas posturas puedan defenderse por igual.
Entretanto, disfrutemos de la victoria de la selección del Estado.

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