viernes, 17 de diciembre de 2010

Los peperos se disculpan

Bueno es recordar la frase que, quizá, dijo Clemenceau, la de que si con 18 años eres no eres de izquierdas......la frase está ya manida. Y, sin embargo, la traigo a colación porque no deja de ocultar la disculpa de alguien que alguna vez tuvo corazón y, más adelante con la edad, dejó paso al cerebro.

No voy a entrar ahora en lo que es la izquierda y la derecha (hay quien piensa que no puede definirse o que su definición está hoy obsoleta), pero me llama poderosamente la atención el vigor con el que DEMASIADA gente autocalificada de derechas se disculpa, aunque sea indirectamente, por su forma de pensar o de actuar. Habrá quien diga que no son disculpas sino argumentos fundados, pero es mentira.

En la mayoría de los casos dan por sentado, aunque sea inconscientemente, de que la postura izquierdista es la buena pero a la vez inviable, o viable pero incómoda. Puedo debatir abiertamente sobre si esto es así o no, pero mi experiencia empírica me lleva a pensar así, y no creo que deje de pensarlo, por buenos que sean los argumentos que me traiga un derechoso. Éstos son algunos de los "argumentos" con que suelen tratar de disculparse; apuesto a que los habéis escuchado más de una vez.

1. "Cuando tengas mi edad verás las cosas de otra forma". Este argumento -falaz- no sabe qué responder ante casos como el de algunos intelectuales como Saramago o Benedetti, por decir un par, que hasta el final de su vida siguieron pensando con el corazón, o Vicente Ferrer, para el que ahora se pide el Nobel. Como mucho, dirán algo así como "ya pero de esos hay muy pocos". Y ahí está la disculpa.
2. El ser humano es egoísta por naturaleza. Éste se cae por su propio peso. El ser humano no vive en un estado de naturaleza, así que no encuentro razones para situar nuestra moral en tal estado.
3. Cada palo sujeta su vela ("bastante tengo con mis problemas"). Esto NO es verdad. Hasta el más pepero es comunista dentro de su familia. ¿O no? Por lo demás, me remito al Dilema del Prisionero.
4. El argumento "tú tampoco". Esto es material de primer curso, no creo que haga falta contrarrestar semejante argumento.

Hay algunos más, normalmente van surgiendo en los debates. En cuanto a la frase de Clemenceau, sea de él o no, quizá nos lleve a pensar en si el ser humano debe actuar con la cabeza o con el corazón. Que cada uno elija lo que prefiera. Lo que está claro es que lo bueno, la mayoría de las veces, está reñido con lo cómodo, y claro, ante ciertos dilemas, es mejor preparar una buena coartada que renunciar a la comodidad.

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