miércoles, 8 de abril de 2009

Incoherencias (II)

Dicen en el ámbito docente que una cosa no la entiendes hasta que no sabes explicarla.
Creo que ocurre algo parecido cuando uno se pregunta a sí mismo qué es lo que quiere hacer, o por qué hace lo que hace. Cualquiera que sea la respuesta puede traer consigo unas cuantas preguntas más, y no siempre es fácil mantener una coherencia de lo que, se supone, tenemos claro.
Cuando uno, entonces, se contradice a sí mismo con convicción (y salvo que se sea político, entonces las incoherencias se disculpan y se olvidan con la siguiente promesa), va siendo momento de parar un segundo, callarse un ratillo, y meditar sobre lo que verdaderamente se quiere, se busca, lo que a uno no le gusta y la medida en que valora cada cosa (no hablo de valores, aunque también pueden incluirse en este proceso, para variar).
No se trata de mantener unos criterios rígidos a través de los tiempos; los cambios son buenos y a menudo necesarios. Se trata tan sólo de ser un poco consecuentes (entre otras cosas), no sólo con el resto de gente sino con nosotros mismos...la certeza de saber hacia dónde se va ayuda mucho. Si uno no sabe ni qué quiere para sí mismo, estará dando vueltas, como diría Toshack (como se escriba), "como pollo sin cabeza".
Entretanto, os dejo la (muy probablemente) primera canción de heavy metal de la historia:

4 comentarios:

G. dijo...

Me gusta black sabbath :)

Es difícil ser coherente. Todo está continuamente cambiando...

lamotta dijo...

Evidentemente todo cambia, pero, por ejemplo, si mañana me dices que no te gusta cómo canta Ozzy Osbourne ni cómo toca Tony Iommi (cantante y guitarrista de BS), podríamos decir que a lo mejor te convenía no decir que te gusta el grupo no? No sé si me he explicado, pero se resume a que hay cosas que no suponen un cambio sobre otras. No cambian las circunstancias, vaya.
Muxutxus

shubbaki dijo...

"He aprendido a vivir con mis propias contradicciones". Ser consecuente no excluye ser, a veces, contradictorio. Mamamos de la modernidad occidental, querido.

Ya hablaremos de eso también. Muxu

lamotta dijo...

Aprender a vivir con las contradicciones propias no deja de ser el intento de dar un poco de coherencia a sus actos, ¿no? Pero bueno, no me refería a algo tan...alto. Simplemente a asuntos más cotidianos. Un ejemplo puede encontrarse en todos esos vascos que apoyan el euskera y luego resulta que no lo hablan. Por ejemplo.
Muxutxus