domingo, 21 de junio de 2009

Regodeo

Los hay que te guardan hasta la mínima. Luego están los que no perdonan fácilmente una gran putada. Otros (y otras) deciden dar oportunidades a pesar de ello. Y también los hay (y las hay) que disfrutan siendo pisoteados una y otra vez.
No quiero meterme en ningún saco, pero me he fijado (y más como buen vasco :P) que llevo un poco de esa tendencia al regodeo no por la desgracia ajena pero sí por alguna desavenencia que pudiera tener que ver conmigo, que a veces puede oscilar sobre la línea que lo está separando de la envidia insana.
No sé si es algo saludable para limpiarse de vez en cuando de las heriditas del orgullo (conozco a quien se masturba "pensando en" por la imposibilidad de "follarse a", a modo de venganza), pero sí que, en cualquier caso, cicatriza un poco esas heriditas. Uno se retoza en esa mierda, se vanagloria de su propia desdicha, y después ve la del resto, causada por alguna providencia divina y ordenadora, y se relame. Total, ya qué más da.
No tiene nada que ver, claro, con el marujeo gratuito de poner verde a quien se ponga delante. Algo más íntimo, más escondido. Y creo que es una actitud generalizada. Tampoco hay drama en ello.
No sé si me explico, pero bah, qué más da.

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