miércoles, 26 de agosto de 2009

Error judicial

No tengo ninguna autoridad para decidir si es o no es un error, pero como tengo boca, opino, y esta vez opino que el Tribunal Supremo ha, efectivamente, fallado. Niño empuja a niña y ésta se da una hostia de muerte.
Por lo visto, los chavales estaban todos en un recinto tapado porque llovía y, en ese lugar, la visibilidad que las profesoras tenían de todos los pequeños. Total, que según el Supremo las profesoras tenían que haber estado literariamente encima de los niños para vigilar que nadie empuja a nadie, y como no podían estar por el poco sitio que había en ese resguardo, la escuela tendrá que pagar no sé cuántos miles de euskos.
Aunque inicialmente no parezca mala cosa (una indemnización porque no vigilaron, porque fueron negligentes), trae muchos más problemas que lo que aparentemente soluciona. ¿Qué harán ahora las escuelas? Lo más probable es que traten por todos los medios que nadie les meta nunca semejante puro, es decir, los niños no podrán ir al baño solos, no podrán jugar en lugares que susciten la mínima sospecha de que ello traerá algún daño (véase: una esquina, unas escaleras, una barandilla roñosa o un columpio).
En fin, habrá quien vea en ello algo genial, pero debemos tener en cuenta que, a mayor responsabilidad (de una institución), menor libertad (la que nos conceden).

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