miércoles, 3 de diciembre de 2008

Masoquismo



No sé hasta qué punto es característica inherente a la condición humana o sólo es algo mío. Ese placer por sufrir un poquito no se nos va ni a palos. Ahondar en la herida y navegar en ella hasta hundirnos en las miserias más indeseadas. A primera vista no parece plato apetecible, pero empiezo a pensar que igual que gusta el dolor físico en pequeñas dosis, no podríamos vivir sin un poco de autodaño infligido cada equis tiempo. A lo mejor es autocompasión y no otra cosa. Pero que existe, existe.

3 comentarios:

~AfTer de Rªin** dijo...

La vida no seria lo mismo sin un poco de dolor, no seria la vida, seria el paraiso: ¿aburrido no?

Ladridos indoloros!!

Pd. Tampoco pasarse con el dolor, solo 3 latigazos :P
jajjaja

G. dijo...

Desde luego. En mi caso llega hasta límites insospechados.... No lo sé. A lo mejor es porque cuando algo nos duele somos más conscientes no sólo de lo que nos inflige ese dolor, sino, precisamente también, de todo lo bueno que hace el papel de contraste.

Que no existiría lo bueno sin lo malo... ¿no?

lamotta dijo...

No me refería exactamente a eso. Pondré un ejemplo ilustrativo y ajeno(afortunadamente):
Un amigo estaba en un bar en el que estaba un ex-polvo por ahí. Éste(el ex-polvo, la, más bien) estaba enroyándose con otro. Así que mi amigo, tras irse del bar por, simplemente, estar cansado, decidió hacer un esfuerzo y volver al bar. ¿Para qué? Bueno, él daría todo tipo de explicaciones, pero la razón era que quería ver cumplirse sus temores. O sea, verlos enroyarse a fondo y ver que se iban juntos a la cama. Básicamente.
Pues así, pero en muchos ámbitos de la vida.
Muxutxus