sábado, 16 de mayo de 2009

Los que no saben vivir

De lo poco útil que saqué de Vicky Cristina Barcelona está esa denominación de enfermedad, si es que lo es, consistente en una permanente insatisfacción (crónica, le llama Penélope) con lo que se tiene. 
No sé hasta qué punto es una "enfermedad" generalizada, pero desde luego hay gente a patadas con síntomas del estilo (que, por cierto, no tienen nada que ver con la inquietud del artista, y sí bastante con los fulanos de lágrima fácil...). Si suspende, porque no ha sacado un cinco, si saca un cinco, porque podía haber sacado seis, si saca un seis, porque la media es siete, y si saca un ocho, porque hay dos matrículas de honor en clase. Y así en diferentes situaciones cotidianas que pasan de ser meros hechos (o pequeños triunfos, incluso) a auténticas tragedias con las que desmoronarse un poco más. Lo que comúnmente se resume en "ahogarse en un vaso de agua", o "hacer una montaña de un grano de arena".
No sé qué hay que hacer con esta clase de gente. Eso en caso de que haya algo que hacer. Se me ocurren muchas soluciones de diferente nivel reaccionario.


Poor man wanna be rich, rich man wanna be king, and the king ain't satisfied 'til he rules everything...



9 comentarios:

~AfTer de Rªin** dijo...

No me gusta nada ese tipo de gente, aunque alomejor yo en ocasiones sea así(aunque no lo exprese, quizá interiormente sí :S), no lo sé...

Suerte con los exámennes!!

y con el/los concierto/s! :)

(K)

shubbaki dijo...

Probablemente ocurra porque no son nuestros objetivos los que perseguimos cuando hacemos un examen o nos quejamos de la superioridad de otros.

Igual es que hacemos esas cosas para integrarnos en la sociedad, para ser parte de ella, la cual se convierte en juez de nuestro éxito o fracaso. ¿Por qué va la gente a la universidad realmente? ¿A cuántos ni se les ha pasado por la cabeza NO ir?

Cuando la sociedad guía nuestros pasos, ya no estamos en posición de decidir si han sido hacia delante o hacia atrás. Nos abandonamos a lo establecido, y nos frustra observar cómo algunos obtienen algo de ello -palmaditas en la espalda- mientras una mayoría pasa desapercibida. "¿Para qué hago esto si total siempre hay algún otro que lo hace mejor?"

Arancha R F dijo...

Es la insatisfacción lo que nos permite mejorar; superar nuestros límites y nuestras barreras. Son las insatisfacciones las que han cambiado el sistema y las que han parido las revoluciones.
Me parece una forma demasiado simplista de verlo.

Un saludo, hombre de hielo

shubbaki dijo...

Yo creo que hay que diferenciar la insatisfacción dependiendo de qué la produce. Creo que en el texto se hace clara alusión a la insatisfacción producida por la comparación, sin que haya un criterio personal de lo que para cada uno tuviera que ser fruto de insatisfacción.

No creo que hable de una cosa que tenga que ver relación directa con el conformismo o la falta de iniciativa.

lamotta dijo...

Claro, si hablase de conformismo hablaría de "la inquietud del artista", pero hablo de "lágrima fácil". No sólo en comparación a, pero es uno de los criterios con que más facilidad puede uno deprimirse. Casi siempre hay alguien que hace las cosas mejor. Pero ni así. Podría haber continuado la sucesión de la nota diciendo "y si tiene matrícula, por no tener matrícula en todas las asignaturas". Y por supuesto que lo académico es anecdótico (aunque aún me acuerdo de cuando Amaia Astigarraga lloró en clase por un osoongibeheraka). Esto puede trasladarse a lo que se quiera.

Y Arantxa, no soy ni de lejos un hombre de hielo, pero procuro calentarme sólo con los asuntos que merezcan calor.

Besos a las tres.

lamotta dijo...

Voy a poner un ejemplo de la diferencia entre (auto)superación y (auto)compasión. Aunque no me gusta ponerME de ejemplo, en este ámbito creo nadie me gana aún:
Un buen amigo se lamentaba en mayo del año pasado de que iba a suspender dos. Con "lamentaba" quiero decir que tenía dentro de sí un dramón, algo de lo que estar preocupado buena parte de esos días.
Yo llegué a final de aquel junio con 9 para septiembre. NUEVE. Y a parte de hablar de ello (porque lo contrario no sería natural), lo único que dije fue "este verano no podré quedar mucho, que tengo que estudiar".
Y evidentemente no busco que la gente se comporte de una forma determinada, sólo digo que hay formas y formas de afrontar las cosas. NADA hubiese cambiado que yo me hubiese tirado algunos días llorando, salvo ese tiempo perdido.
Y por supuesto que eso no es ser de hielo: "también me emborracho y lloro cuando tengo depresión"...
muxutxus

shubbaki dijo...

Bueno, Julen, cada uno se toma las cosas como puede. Si a ti se te rompe una guitarra de 200 euros, seguramente te parecería algo dramático. Pencar nueve, es un drama por las consecuencias: la beca, verano que sacrificar; pero ninguna tregedia en sí.

No se puede comparar entorno al mismo tema porque no hay argumento racional que justifique más o menos la pena o frustración que sentimos en un momento dado.

lamotta dijo...

Obviamente cada ámbito es diferente en cada "individuo"(;)), pero la cosa sigue siendo igual, no sólo eso: a mí el año pasado me hacía muchísima falta la beca, y me gusta el verano tanto como a cualquiera: ni pisé la playa. Evidentemente, no creo que nadie pudiera gritarle a alguien, como Don Vito, que aguante como un hombre ante ciertas desgracias, como por ejemplo la pérdida de un familiar. Incluso puede ser normal y perfectamente comprensible estar jodido por unos suspensos...sólo que resulta sospechoso cuando alguien está jodido por equis, y, zeta y así todo el abecedario, como si cualquier "contratiempo" fuese una tragedia que sólo en esa persona cae. Y en cualquier caso tampoco trato te hacer una jerarquía de las cosas que joden y no joden, sólo digo que hay "ese tipo de gente", y no es algo generalizado, pero sí que se encuentran unos cuantos. No sé si me explico.
Un abrazo querida.

shubbaki dijo...

Sí, sé lo que dices y ya te había entendido desde el principio. Estoy de acuerdo contigo, aunque el ejemplo no me pareciera bueno.